Hace una hora estaba en mi cama pensando en alguien que conocí en el verano. Recordé haber respirado sobre su piel y sentir sus dedos jugar con mi cabello. Ahora me derrito sobre mis almohadas, no sólo de deseo sino también de nostalgia. Me llevo bien con la nostalgia porque termina motivándome (a escribir por ejemplo). La tristeza en cambio, no gracias. La verdad es que pensar en ese fin de semana me hace sonreir en secreto. ¿Que puede ser mas inspirador que dos amantes usando sus cuerpos para decir lo que sienten? Set your spirit free, it´s the only way to be decían las Spice Girls...
Hay instantes que están diseñados solo para servir de inspiración, eso lo tengo claro. Ese fin de semana fue uno de ellos. Pero ¿cómo es que logra el cuerpo inspirar al alma?. ¿Quién es la càrcel de quien? Creo que ninguno de nosotros es un cuerpo con alma sino todo lo contrario: somos facultades a las que nuestros cuerpos obedecen. Sin embargo esa súbita rebeldía del cuerpo (cuando no hay nada que perder), puede ser bastante mas reveladora que mil noches de reflexión. Debe ser por eso que muchas lecciones importantes de mi vida las he aprendido en una cama.
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