Madonna´s Xstatic Process (By Steven Klein)
En el cruel mundo de la música pop, no existe más que una regla: innovar. Y es que el pop a diferencia del rock, tiende a reflejar el status quo y por lo tanto, las necesidades de su público (solo el buen pop logra no estancarse en una determinada época o en un determinado público). La generación del milenio exige presencia visual a sus artistas y es esta necesidad la que hace que Lady Gaga esté a la vanguardia (es difícil no notarla con todo lo que lleva puesto). Sin embargo, Alejandro, su más reciente videoclip dirigido por el fotógrafo Steven Klein, es una muestra de todo lo contrario. A pesar de su cinematografía y del exquisito fashion-porn – típico de Klein -, el video está poseído frame-by-frame por elementos que Gaga ha “prestado” de la videografía de aquella artista en la que todas las cantantes jóvenes se “inspiran”, tarde o temprano: Madonna.
Cuando uno escucha el nombre de Madonna, varias imágenes vienen a la mente: un melómano promedio imagina un sostén de conos y cabello rubio, un amante de la cultura pop evoca cambios de look, baile muscular e iconografía católica; y un fan de la diva visualiza lo que The Times describió como “una revolución musical a través de actitudes y opiniones sobre sexo, desnudez, estilo, feminismo y sexualidad”. El Alejandro de Gaga-Klein es una sopa con todos esos ingredientes, que busca ser digerida como una protesta/tributo, cuando el sentido y la sabiduría común reconocen en él, una descarada estrategia de marketing: Lady Gaga está tratando desesperadamente de ser confundida con Madonna.
El fragmento en el que Gaga hace su versión de Vogue (la monocromía, atuendo y bailarines son prueba suficiente), es solo la punta del cono: las primeras escenas del video con Gaga como una líder nazi observando una coreografía de soldados/súbditos son idénticas a las de Madonna y sus obreros/súbditos en Express Yourself de 1989. Los binoculares, la esclavitud femenina en la cama y en general la representación de la mujer como el sexo dominante, son ideas originales de Madonna que Gaga ha sazonado con su excentricidad. Muchas de las escenas con bondage y sumisión tienen la firma de Klein, sin embargo el parecido con algunos trabajos que Klein ha realizado antes con Madonna (y otros periodos apocalípticos de la chica material) hacen que uno se pregunte si Lady Gaga está persiguiendo dicha comparación. El tema militar es un poderoso recordatorio de American Life y Die Another Day, en los que Madonna protesta contra la guerra en Irak (la coreografía de American Life en el Reinvention Tour del 2004, es ridículamente parecida a la del comienzo de Alejandro).
Pero el problema más grave de este video es sin duda la blasfemia: Madonna ha usado rosarios y cruces en sus giras, videos musicales, y editoriales por casi 25 años. La Iglesia Católica se ha pronunciado al menos 3 veces condenando el uso y abuso de símbolos religiosos en sus shows y una veintena de sus canciones tratan sobre conflictos personales derivados de su crianza católica. El vestirse de monja y comerse un rosario no es extraordinario, porque no constituye una verdadera metáfora (como si sucede en Like a Prayer). Es simplemente una idea loca de Klein que muchos confundirán con rebeldía/expiación. Si realmente el video tratara sobre la condena que hacen la Iglesia y el ejército a la homosexualidad o si fuese, como dice James Montgomery del MTV Newsroom, una “oda a la Alemania de Weimar”, creo que podría haberse evitado la sospecha de plagio, usando conceptos y contextos mucho más relacionados con la canción (y no un sostén-metralleta).
Cuando uno escucha el nombre de Madonna, varias imágenes vienen a la mente: un melómano promedio imagina un sostén de conos y cabello rubio, un amante de la cultura pop evoca cambios de look, baile muscular e iconografía católica; y un fan de la diva visualiza lo que The Times describió como “una revolución musical a través de actitudes y opiniones sobre sexo, desnudez, estilo, feminismo y sexualidad”. El Alejandro de Gaga-Klein es una sopa con todos esos ingredientes, que busca ser digerida como una protesta/tributo, cuando el sentido y la sabiduría común reconocen en él, una descarada estrategia de marketing: Lady Gaga está tratando desesperadamente de ser confundida con Madonna.
El fragmento en el que Gaga hace su versión de Vogue (la monocromía, atuendo y bailarines son prueba suficiente), es solo la punta del cono: las primeras escenas del video con Gaga como una líder nazi observando una coreografía de soldados/súbditos son idénticas a las de Madonna y sus obreros/súbditos en Express Yourself de 1989. Los binoculares, la esclavitud femenina en la cama y en general la representación de la mujer como el sexo dominante, son ideas originales de Madonna que Gaga ha sazonado con su excentricidad. Muchas de las escenas con bondage y sumisión tienen la firma de Klein, sin embargo el parecido con algunos trabajos que Klein ha realizado antes con Madonna (y otros periodos apocalípticos de la chica material) hacen que uno se pregunte si Lady Gaga está persiguiendo dicha comparación. El tema militar es un poderoso recordatorio de American Life y Die Another Day, en los que Madonna protesta contra la guerra en Irak (la coreografía de American Life en el Reinvention Tour del 2004, es ridículamente parecida a la del comienzo de Alejandro).
Pero el problema más grave de este video es sin duda la blasfemia: Madonna ha usado rosarios y cruces en sus giras, videos musicales, y editoriales por casi 25 años. La Iglesia Católica se ha pronunciado al menos 3 veces condenando el uso y abuso de símbolos religiosos en sus shows y una veintena de sus canciones tratan sobre conflictos personales derivados de su crianza católica. El vestirse de monja y comerse un rosario no es extraordinario, porque no constituye una verdadera metáfora (como si sucede en Like a Prayer). Es simplemente una idea loca de Klein que muchos confundirán con rebeldía/expiación. Si realmente el video tratara sobre la condena que hacen la Iglesia y el ejército a la homosexualidad o si fuese, como dice James Montgomery del MTV Newsroom, una “oda a la Alemania de Weimar”, creo que podría haberse evitado la sospecha de plagio, usando conceptos y contextos mucho más relacionados con la canción (y no un sostén-metralleta).
La inspiración de Madonna va desde Frida Kahlo y Andy Warhol hasta Marilyn Monroe y Marlene Dietrich, pero ninguno se apoderó de ella. Si Lady Gaga aspira a ser comparada positivamente con Madonna, primero necesita un exorcismo. La falta de originalidad de Alejandro es tan patética como si de pronto Justin Timberlake empezara a agarrarse la entrepierna. Don´t hate me Gaga fans, pero tenia que sacarlo de mi sistema. Esperemos mejores cosas en el futuro ;)
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